Los jardines de la Société
des Bains de Mer están intrínsecamente vinculados al desarrollo de una parte
del Principado de Mónaco, Montecarlo, que despegó por 1893 gracias a la
construcción de su casino sobre la roca de los Spélugues, por entonces desnuda
e inhóspita.
Diseñados por el gran
arquitecto Edouard André, los rasgos principales de los jardines «a la
francesa» se conjugan con desniveles, cascadas, arroyos y estanques de estilo
paisajístico dotados de un toque exótico sin duda característico.
Un poco de Historia...
Edouard André se inspiró de los comentarios de
la época sobre la Costa Azul. Se decía de la región que era una zona muy cálida
en la que solo se podía habitar en invierno y cuyos jardines parecían de
diciembre a marzo una flora ardiente y tropical, como una primavera eterna.
Ante el casino se extendían en suave pendiente los "Boulingrins" (palabra derivada de Bowling greens) en
punta y rodeados de Washingtonia robusta y de Brachychiton populneum, donde se
desencadenan terrazas regulares de flores.
A cada lado de este jardín se encontraban las zonas paisajísticas. Edouard
André se sirvió de la pendiente natural para crear un arroyo con pequeñas
cascadas y que concluye en la parte más baja en un gran estanque.
Desde su creación se han modificado varios
detalles del trazado general, pero el conjunto conserva este carácter exótico
que Edouard André otorgó gracias a la inclusión de especies de origen
subtropical. De hecho, esta parte de los jardines se conoce como la "Pequeña África".
El espacio, que antaño tenía una función más
decorativa, se ha reconsiderado desde una perspectiva que lleva al casino para
formar un camino para los visitantes dentro del jardín en forma de paseo
decorado de estanques y que va bajando a través de las terrazas hacia el
casino.
Entrada libre